La nieve, el hielo y los seres humanos | IDEAA IT

La nieve, el hielo y los seres humanos

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13 de enero de 2009.- Hoy no voy a hablar de clima, o al menos, no directamente. Voy a hablar de los seres humanos y de nuestra resistencia al cambio, a aceptar la realidad, a asumir nuestras responsabilidades. Si algo han mostrado estos dias de caos en las carreteras y en Barajas ha sido la falta de interés de todas las autoridades por el trabajo pesado, sin brillo, latoso, el trabajo de gobernar. Gobernar y gestionar es estar las 24 horas al pie del cañón, no visitando Indias o Chinas, sino previendo y arreglando problemas.

Y luego, asumiendo responsabilidades. Si mueren 14 personas en un incendio forestal, si se produce un caos en un aeropuerto, el responsable no puede echar, como Felipe II, la culpa a los elementos. Si no lo ha hecho bien, debe dejar su puesto a otros más capaces. De la misma manera, si uno garantiza un final del terrorismo y falla, lo honrado es dejar el puesto a otro.

Lo que estamos viendo es una vuelta a régimen feudal, donde el “jefe” lo es por derecho divino o por derecho electoral, y su puesto no es para hacer nada por los labradores que le pagan, sino para hacer – ¿no es uno de los “elegidos”?- lo que le venga en gana, para que los labradores  trabajen para él.

Tenemos un problema inmenso con el medio ambiente, con el cambio climático. Lo podemos resolver, y al hacerlo así podemos dar un impulso tremendo a la economía de la mayoría de los ciudadanos, aunque, como teme el Sr. Aznar, quizás hagamos decrecer la economía de cuatro gatos.

Pero no lo hacemos porque es “caro”. A principios del siglo XIX Charles Babbage quiso poner en marcha los primeros ordenadores del mundo. No recibió ayuda porque “eran caros”. Se puso en funcionamiento una economía basada en el carbón y el petróleo porque eran “baratos”. Caro y barato quiere decir que cuesta o no cuesta esfuerzo. Rechazamos, como con las carreteras españolas el día de la nevada, el esfuerzo. La Cabalgata de Reyes se preparó en Madrid con un cuidado exquisito y un trabajo considerable. Pero no estaban preparadas ni la sal ni las quitanieves el día 9 de Enero de 2009. Exigía “esfuerzo” sin el brillo de los falsos diamantes de Melchor, Gaspar y Baltasar.

El sábado puse en mi página web (http://cienciayclima.es) un informe sobre las montañas tóxicas de cenizas de carbón en los EEUU (por cierto, ¿donde se guardan las cenizas de las centrales de As Pontes, Carboneras y Andorra?). En España tenemos montañas de residuos radiactivos, fosfoyesos, residuos tóxicos. No sabemos que hacer con ellos. Pero con esfuerzo, con energía “cara”, la solar, podemos dejar de generar esos resíduos.

La idea ha sido siempre usar el camino fácil: Hacer caer 100 bisontes por el acantilado para comerse un par de ellos. Regar los suelos sin pensar en que se salinizan. Coger los recursos sin pensar en el mañana. Como con Babbage, decir: “Eso no tiene futuro, es muy caro”. Rechazar el esfuerzo, buscar la ilusión. La fiesta.

Desde hace 4 años y 8 meses no hay éxito en nada de lo que se ha intentado en España. Pero seguimos votando la ilusión en vez de la realidad. Seguimos pensando en la fiesta, a lo Tierno Galván, en vez de en el esfuerzo.

Podemos parar el cambio climático. La Secretaría de Estado de cambio climático hace un esfuerzo enorme para ello, pero el resto del pais piensa en la vida fácil, en la subida de sueldo, en la jornada de 6 horas.

Podemos resolver casi todos nuestros problemas. Pero tenemos que aceptar que hay que vivir la realidad y trabajar 14 horas diarias. Que necesitamos el esfuerzo.

Antonio Ruiz de Elvira es catedrático de Física Teórica en la Universidad de Alcalá de Henares.

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