Nos alegran los frutales cargados de sus frutos
Nos alegran los frutales cargados de sus frutos
No para nuestro deleite y gusto
Sino porque dan testimonio de la fe de los humanos
Que dejan sus locuras y miman a los niños
Plantando para ellos
El sueño del antiguo paraíso
En donde, con el viento de la tarde
Nos visita el amo de la vida
Con frescos peces de los lagos y con frutas recientes
Según las estaciones
A fin de que dar agradecidas manos
A las repletas manos de la tierra.
Manuel Ãlvarez de Toledo